Una parodia divertida
Fátima Uríbarri
Alguien tan ajeno al mundo del crimen como un experto en la literatura de Jorge Ibargüengoitia se ve metido en un lío muy peligroso. Y aunque No voy a pedirle a nadie que me crea es una novela de humor, con la gravedad del lío no hay ni media broma. Es uno de los ingredientes de la receta novelística de Juan Pablo Villalobos, mezclar asuntos graves con los triviales; pero los graves son graves de verdad.
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